Como católicos, es natural que tengamos diferencias con los sacerdotes en ocasiones. Puede ser difícil mantener una actitud de obediencia cuando no estamos de acuerdo con las enseñanzas o decisiones de nuestros líderes religiosos. Sin embargo, es importante recordar que la obediencia es una virtud fundamental en la fe católica, y que nuestra relación con Dios nos llama a ser obedientes en todas las áreas de nuestra vida, incluyendo nuestra relación con la Iglesia.
La primera cita bíblica que nos viene a la mente cuando hablamos de obediencia es Romanos 13:1-2: "Que toda persona se someta a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no venga de Dios, y las que existen son instituidas por Dios. Así que aquel que se opone a la autoridad, resiste a la orden de Dios, y los que resisten, atraen sobre sí mismos una condenación". Este pasaje nos recuerda que todas las autoridades, incluyendo las religiosas, son establecidas por Dios, y que resistirse a ellas es resistirse a Dios mismo.
Otra cita bíblica que nos llama a la obediencia es Hebreos 13:17: "Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta de ellas; para que lo hagan con alegría y no gimiendo, porque esto no os sería provechoso". Este pasaje nos recuerda que los sacerdotes son responsables de nuestras almas y que debemos ser obedientes a ellos en la medida en que sus enseñanzas y decisiones estén en línea con la voluntad de Dios.
A veces, es posible que no estemos de acuerdo con las enseñanzas o decisiones de los sacerdotes. En esos casos, es importante mantener una actitud de respeto y humildad al cuestionar sus decisiones. Podemos buscar orientación en las enseñanzas de la Iglesia y de la Sagrada Escritura, y podemos expresar nuestras diferencias de manera respetuosa y constructiva.
En resumen, como católicos, debemos ser obedientes a las autoridades religiosas establecidas por Dios, aunque a veces no estemos de acuerdo con ellas. Debemos buscar orientación en las enseñanzas de la Iglesia y de la Biblia, y debemos expresar nuestras diferencias de manera respetuosa y constructiva. Al hacerlo, podemos mantener una actitud de respeto y humildad en nuestra relación con la Iglesia y con nuestros hermanos y hermanas en la fe.
Comments